Un operativo de control desplegado este sábado al mediodía en la primera cuadra de la peatonal Congreso generó momentos de tensión entre vendedores ambulantes y personal municipal. Agentes del área de Vía Pública, acompañados por la Patrulla de Protección Ciudadana, intervinieron con el objetivo de despejar la zona, aunque finalmente se retiraron por la tarde y los artesanos continuaron en el lugar.
Desde la Municipalidad explicaron que la medida no busca prohibir la venta ambulante, sino regular la ocupación del espacio público, especialmente tras la reciente inauguración del paseo navideño en ese sector. La oficial Albarracín aclaró que el problema radica en la permanencia de los vendedores en puestos fijos sobre áreas destinadas al tránsito peatonal. En ese sentido, señaló que se les solicita utilizar elementos móviles —como pancartas o estructuras transportables— que permitan trasladar la mercadería sin obstruir el paso.
Asimismo, indicó que se ofrecieron alternativas para relocalizar a los vendedores, como calles paralelas, la feria ubicada junto a la Casa Histórica o el espacio artesanal de la esquina de Congreso y Crisóstomo Álvarez. Sin embargo, según afirmó, esas opciones fueron rechazadas.
Por su parte, Daniel Céliz, subjefe del operativo de Vía Pública, sostuvo que la intervención respondió a una directiva política clara de la intendenta Rossana Chahla, en el marco de la puesta en marcha del paseo peatonal navideño. Remarcó que el conflicto no es nuevo y que desde hace años se intenta ordenar la situación. “Se dialoga, pero no quieren moverse”, expresó, y reiteró que la prioridad es garantizar la circulación de los peatones.
Céliz también señaló que se ofreció a los vendedores la posibilidad de instalarse sobre la vereda de calle 24 de Septiembre, propuesta que tampoco fue aceptada. Además, mencionó que muchos de los vendedores no son residentes locales y que, pese a mantener un trato cordial, el personal municipal recibe agresiones durante estos procedimientos.
En cuanto al accionar legal, explicó que el área cuenta con facultades para secuestrar mercadería en caso de incumplimiento. Detalló que, tras el secuestro, los vendedores pueden recuperar sus productos luego de identificarse y abonar la multa correspondiente, amparados en la ordenanza 2188, vigente desde 1994, que prohíbe la venta ambulante en puestos fijos.
El director del operativo, Juan Rojas, coincidió en que la venta ambulante está prohibida en ese sector, salvo excepciones vinculadas a expresiones folklóricas. Afirmó que el procedimiento consistió inicialmente en pedir a los vendedores que se retiraran y que, ante la negativa, se solicitó apoyo de la fuerza pública. Señaló además que el operativo demandó aproximadamente una hora y que, si bien muchos acataron la orden, un grupo se resistió nuevamente.
Desde el Municipio insistieron en que el objetivo es proteger tanto a los peatones como a los comerciantes con locales habilitados, y promover que los vendedores se instalen en espacios autorizados. “Las veredas son para circular”, reiteraron.
Del otro lado, las vendedoras Abigail González, Nadia Ruiz y Fabiola Melian ofrecieron una versión opuesta de los hechos. Aseguraron que se encontraban trabajando con normalidad cuando fueron desalojadas de forma violenta y denunciaron el secuestro de su mercadería sin exhibición de una orden judicial. Sostienen que cuentan con un permiso vigente hasta el 7 de enero y que el procedimiento debería haberse canalizado por vía legal.
También expresaron preocupación por la falta de identificación visible de algunos agentes municipales y recordaron un antecedente ocurrido en agosto, cuando —según relataron— fueron agredidas, despojadas de sus productos y realizaron una denuncia que aún tramita en fiscalía. Temen que episodios similares vuelvan a repetirse.
