Descubrier las bellezas de El Cadillal andado en Bici

Niños y adolescentes integrantes de la Fundación Bici Changos visitaron por primera vez la villa turística y pasearon en aerosilla.

Fundacion Bici Changos
Montados en bicis, siete jóvenes tucumanos descubrieron las bellezas de El Cadillal

“La pasamos muy lindo y estamos jugando. La aerosilla está muy buena. Me ha gustado y tenía miedo primero. Quiero volver. Vamos a volver y vamos a andar en el lago. El viaje es pesado pero después ya llego, me encanta y siento que valió la pena”, cuenta Samuel, de 18 años, mientras observa la inmensidad del dique Celestino Gelsi que se extiende a sus pies.

En tanto Matías, de 16, que minutos antes tiraba piedritas al espejo de agua junto a sus amigos, afirma que le encanta la altura, “me pareció muy hermosa la aventura de hoy. Quisiera volver y meterme al dique. Fue impactante la belleza del lugar. Nos gustaría seguir conociendo”, sueña en voz alta.

Samuel y Matías junto con Franco, Braian, Isaías, Gabriel y Érika integran la Fundación Bici Changos, una agrupación tucumana creada en 2013 que busca acercar la bicicleta a los niños de diversas maneras, como por ejemplo, a través de viajes a diferentes destinos y de Recicletas, un taller donde los chicos aprenden a reciclar.

El cadillal | Montados en sus bicis y con muchísimas ilusiones a cuestas

El último fin de semana el grupo emprendió un viaje que seguro quedará en sus memorias. Con la colaboración del Ente Tucumán Turismo y de su titular Sebastian Giobellina, tuvieron la posibilidad de conocer El Cadillal, con su increíble paisaje, su dique y lo que más llamó su atención: las aerosillas que trepan hasta la cumbre del cerro Médici.

“Teniendo una provincia tan linda como la que tenemos, debemos fomentar que los chicos viajen, que tengan experiencias que les abran la cabeza. Esto es lo que tratamos de inculcarles. Que no se queden encerrados teniendo lugares tan lindos y tan cercanos para conocer. Les enseñamos que con un poquito de organización podemos llegar, tan solo con una bicicleta”, explica Santiago Aragón, referente de Bici Changos, que tiene dos sedes: una en la Rinconada de Yerba Buena, y otra en el Centro Comunitario Álvarez Condarco de la capital tucumana.

Cada nuevo viaje que lleva a cabo el grupo se logra con su propio esfuerzo. “Ya fuimos a la Quebrada de Lules, a Horco Molle, al cerro San Javier, y hoy estamos en la villa El Cadillal, que es muy bella y a solo 25 kilómetros. Estamos muy cerca y, aunque te parezca mentira, estos chicos de 17 y 18 años nunca habían venido aquí. Para poder pagarse los seguros, recaudaron plata vendiendo pastafrolas”, revela Aragón, quien día a día coordina las actividades junto a otros cuatro voluntarios.

“Los chicos son muy agradecidos, todo les viene bien, les encanta. Disfrutan de todo: del viaje en bicicleta, de cuando preparamos la comida juntos, incluso les enseñamos a dejar limpios los lugares a donde vamos y nos organizamos en equipo. Cada tanto llevamos a personas que les cuenten sus experiencias de viaje, gente que viene en bici, de diferentes culturas”, manifiesta el referente, que se reconoce a sí mismo como un aficionado a viajar.

En esta oportunidad, el Ente Tucumán Turismo colaboró con la realización de este viaje como un reconocimiento al esfuerzo que efectúa Bici Changos en acercar a niños a la naturaleza y fomentar el trabajo en equipo, utilizando la bicicleta como una herramienta educativa. La experiencia incluyó el ascenso en aerosilla para apreciar toda la villa desde las alturas y el recorrido por un sendero a través de las yungas tucumanas.

Desde el organismo, Giobellina resaltó la decisión de la fundación de llevar a jóvenes tucumanos a conocer destinos de su propia provincia. “Invitamos a imitar la iniciativa de la agrupación, así como la motivación que le transmiten a los niños por conocer nuestro Tucumán, transformándose ellos mismos en promotores para quienes nos visiten a futuro”, instó el titular de Turismo.

La elección de El Cadillal por parte de la fundación también fue destacada por el funcionario. “Como siempre dice nuestro gobernador, Juan Manzur, este es un privilegio que tenemos cerca y que es para todos los tucumanos”, subrayó.

Aventuras Bici Changueras

“Para mí Bici Changos es como una familia”, expresa Samuel cuando piensa en el significado de la fundación en su vida. Franco suma: “compartimos todo, hacemos todo juntos”.
Por su parte, Braian siente a la fundación como “una aventura en dos ruedas”; y Samuel agrega que “a veces estamos mal por algo, salimos y nos distraemos, la pasamos lindo y hacemos un deporte que nos hace bien…”.

Roxana Aragón, coordinadora de Bici Changos, considera que justamente lo esencial de la fundación es cambiarles la vida a los niños y jóvenes a través de las distintas actividades y viajes que se les proponen día a día.

“Cuando iniciamos cada reunión o cada aventura hacemos un círculo donde cada uno cuenta cómo se siente ese día. Pasa que por ahí al principio los chicos no se sienten con muchas pilas para hacer cosas, algunos están mal por el frío o por cansancio, pero cuando termina la jornada les volvemos a preguntar y siempre están mucho más positivos”, sostiene Roxy, como le dicen de cariño a Roxana.

Cada uno entró a la fundación por un motivo personal, sin embargo, lo que encontraron allí fue transformador. “Comencé con Bici Changos a los 12, hace mucho. Mi primo venía y hacía muchos viajes, y como siempre me gustó viajar, me uní”, cuenta Samuel, y revive uno de los mejores viajes a Amaicha del Valle. “Me pareció muy lindo, muy distinto a aquí. No he viajado mucho pero me encantan todos los lugares adonde fuimos”, dice con entusiasmo.

Para Braian lo mejor de la fundación son las travesías en grupo. “La pasamos bomba en cada viaje que hacemos. También hacemos reuniones los lunes y llevan personas de otros países. Ellos nos enseñan sus experiencias y su cultura. El día de hoy estuvo muy lindo y es la primera vez que me subo a una aerosilla. ¡Al principio tenía miedo y después la disfruté!”, cuenta el joven.

La bici changera más pequeña, Érika, se unió hace solo un año. “Entré porque me gusta viajar, porque nos enseñan a limpiar el lugar y cómo andar en bici. Este viaje me parece hermoso. Muchos lugares más necesito conocer”, cierra la niña con ansias por recorrer todo nuestro Tucumán.

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