Economia

En marzo, la economía registró su primera caída mensual en casi un año: bajó un 1,8%

Durante el mes de marzo, la economía argentina experimentó un retroceso del 1,8% en comparación con febrero, según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Este resultado no solo marca la primera contracción mensual en casi un año, sino también la más pronunciada desde diciembre de 2023. La caída se produjo en un contexto de fuerte volatilidad en los mercados financieros, alimentada por la incertidumbre que generaban las negociaciones en curso con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los posibles cambios en la política cambiaria.

Este retroceso coincidió con críticas, tanto desde el propio FMI como de parte de especialistas económicos, hacia la política del “crawling peg” implementada por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), que consistía en una depreciación del peso de solo el 1% mensual. Esa estrategia, según varios analistas, profundizaba la brecha entre el tipo de cambio oficial y las demás referencias del mercado, intensificando el atraso cambiario. En este sentido, la consultora LCG contextualizó lo ocurrido en marzo señalando: “Recordemos que marzo fue un mes de mucha incertidumbre por un inminente acuerdo con el FMI, con dolarización de carteras y caída de reservas, junto con un descenso del poder adquisitivo del salario”.

Los indicadores privados ya venían advirtiendo señales de desaceleración de la actividad. Por ejemplo, según cifras desestacionalizadas recogidas por LCG, la producción automotriz se desplomó un 16,5% con respecto al mes anterior, mientras que los despachos de cemento registraron una merma del 6%. Esta tendencia descendente también se reflejó en otros sectores clave, como la elaboración de carnes y hierro, en el consumo eléctrico general, en la actividad inmobiliaria del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en las ventas minoristas.

Ante esta coyuntura, surge la duda sobre si la economía podrá volver a transitar una senda de crecimiento sostenido. Desde Aurum Valores advirtieron que, pese a que la serie tendencia-ciclo arrojó una ligera suba del 0,2%, la caída mensual indica que “la economía enfrenta dificultades para sostener el ritmo de actividad en el corto plazo”.

No obstante, hay quienes proyectan un posible repunte en abril. Pamela Morales, economista de la consultora Econviews, expresó al medio Ámbito que “en abril es probable que veamos un rebote, ya que los primeros datos adelantados apuntan a eso”. LCG también detectó señales de mejora gracias a la baja base de comparación dejada por marzo. Entre los indicadores que muestran recuperación, figuran un alza del 11,9% en la producción de autos, un aumento del 10,9% en despachos de cemento, una mejora del 12,6% en la producción de carne, una suba del 17,5% en escrituras y un leve incremento del 0,3% en ventas minoristas.

De todas formas, las proyecciones para los próximos meses no anticipan una reactivación robusta. Desde Econviews señalan que la actividad podría expandirse lentamente hacia fin de año, influenciada por factores como el proceso electoral y la persistencia de un tipo de cambio oficial rezagado. Morales remarcó que “los salarios reales planchados van a jugar en contra del consumo, pero el crédito en pesos va a sostener la compra de bienes durables”.

Por su parte, desde LCG se prevé una recuperación más bien tenue e inestable, con diferencias marcadas entre sectores. La consultora estima que en 2025 la economía podría crecer en torno al 5% anual, impulsada en parte por el “arrastre estadístico” de 2,7 puntos porcentuales que dejaría el último trimestre de 2024.

Cabe destacar que desde abril de 2024 no se registraban bajas mensuales en el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC. La de marzo fue la más profunda desde la devaluación que autorizó el Gobierno de Javier Milei apenas asumida su gestión.

A pesar de la caída mensual, en la comparación interanual el EMAE exhibió una suba del 5,6%, y el acumulado del primer trimestre del año mostró un avance del 6,1%. Este crecimiento interanual se debe, en buena medida, al repunte en sectores como el comercio (+9,3%), la intermediación financiera (+29,3%) y la industria manufacturera (+4,2%).

No obstante, el nivel de actividad económica total apenas se ubica un 0,3% por encima del registrado a comienzos de 2023. Un análisis de la organización Fundar atribuyó esta mejora sobre todo al buen desempeño de la minería y la industria petrolera, que en conjunto crecieron un 13,5%, además de los aportes del agro y algunos servicios. En contraste, sectores tradicionalmente claves como la construcción y la industria mostraron retrocesos significativos del 14,8% y 8,9% respectivamente en relación con dos años atrás. También el comercio experimentó una caída, aunque de menor magnitud (-0,8%).

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