“Ojalá puedan verse, darse un abrazo y conversar a solas”, expresaron desde Balcarce 50, a miles de kilómetros de Oslo, donde el presidente Javier Milei esperaba la llegada de María Corina Machado.
En comunicación con la Casa Rosada, el Presidente esperaba el arribo de la dirigente venezolana, que en ausencia recibió horas atrás el premio Nobel de la Paz por su combate al régimen chavista que encabeza Nicolás Maduro. Pero la dirigente opositora, clandestina desde hace 15 meses, demoró su llegada por lo que Milei emprendió el retorno, pasadas las 14.30 hora de Buenos Aires. Llegará este jueves por la mañana al país.
Sin precisiones sobre el horario de llegada de Machado, que vive desde hace meses en algún lugar del territorio venezolano, estaba sobre la mesa, según fuentes oficiales, la posibilidad de prolongar la estadía presidencial en Noruega, y atrasar su llegada a Buenos Aires, prevista en principio para la mañana del jueves. Sin embargo, y en medio del hermetismo, el avión presidencial despegó sin la ansiada foto de Milei con la galardonada dirigente venezolana.
De traje oscuro y corbata celeste, el presidente Javier Milei había ingresado, sonriente y a paso raudo, en el amplio salón principal del ayuntamiento de Oslo junto con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el traductor oficial Walter Kerr.
Al llegar a la segunda fila, a pocos pasos del escenario, Milei saludó al dirigente opositor venezolano Edmundo González Urrutia, llegado desde Madrid, y se ubicó, junto a su hermana, entre el presidente de Panamá, José Mulino, y el de Ecuador, Daniel Noboa, a su vez ubicado junto a su par de Paraguay, Santiago Peña.
Así inició el presidente argentino su participación en la ceremonia en la que la opositora venezolana María Corina Machado recibió el premio Nobel de la Paz. Fue una ceremonia cargada de críticas al régimen chavista del presidente Nicolás Maduro, y sin la presencia de la homenajeada, quien “en camino” hacia la capital noruega envió su discurso de recepción del galardón, leído por una de sus hijas, Ana Corina Machado.
Con el canciller Pablo Quirno como integrante de la delegación, Milei siguió con atención las alternativas de la ceremonia. Aplaudió, como el resto de los mandatarios, varios pasajes del encendido discurso del Presidente del Comité Noruego del Nobel Jørgen Watne Frydnes, quien elogió la “capacidad de no rendirse” de Machado y fustigó duramente a Maduro. Se puso de pie cuando Frydnes le pidió al presidente de Venezuela que “acepte los resultados y renuncie a su cargo”, en referencia a las elecciones de julio de 2024, que la oposición y la mayoría de los países de Occidente dieron ganada a González Urrutia.
El Presidente también se sumó a la ovación a Ana Corina Machado, mientras la hija de la dirigente opositora recibía el premio, acompañada por los miembros del Comité del Premio Nobel y con la familia real noruega a pocos pasos. La joven leyó el discurso escrito por su madre, en el que no mencionó a ningún presidente, pero si incluyó a los “argentinos” que habían buscado refugio en Venezuela durante los años de la última dictadura militar en el país.
El periplo de Milei había comenzó a las 20 del lunes, cuando partió en el avión oficial Arg01 rumbo a Oslo. Al día siguiente, las imágenes difundidas lo mostraron ingresando al Grand Hotel, vestido con el mameluco de YPF que suele utilizar durante sus horas de trabajo en la quinta presidencial de Olivos.
Sin contacto con la prensa, Milei tuiteó una felicitación para Machado en las redes sociales en el que destacó a la dirigente opositora por su “enorme lucha por la defensa valiente de la libertad y de la democracia” y su “inspiración” que en “ilumina” al mundo “peleando contra la narcodictadura de Venezuela”.
El retraso de Machado en su llegada puso en duda el resto de la agenda presidencial, que incluía en principio un encuentro con el Rey Harald V, y el primer Ministro de Noruega, Jonas Gahr Støre, antes de emprender su regreso a Buenos Aires. Según medios noruegos -nada se dijo desde el Gobierno- el Presidente canceló ambos compromisos, horas antes de emprender el retorno a su país. En el caso de Støre se suma un dato adicional: esta semana se conoció que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, le negó a su par noruego el ingreso al Estado hebreo (aliado de Milei) por su postura en el conflicto bélico con los palestinos en la franja de Gaza.
La llegada de Milei a Buenos Aires estaba prevista para el mediodía del jueves, pero dado el cambio de planes podría adelantarse. La espera de la llegada de Machado a la capital noruega fue, finalmente, infructuosa.
