En comunicación con LV12 Radio Independencia, el ex defensor del Globo, trazó un paralelismo entre el expediente Eriksen y su situación: «me hizo revivir muchísimo lo que me pasó hace 21 años. El 30 de octubre del 99 estaba jugando para Huracán contra Banfield, en una disputa salto a cabecear, chocamos la cabeza y eso me produjo perder conocimiento, al caer me dio un paro cardiorrespiratorio, desde ya sigo agradeciéndole de por vida al doctor Locaso (fallecido en 2010) y el kinesiólogo que hoy sigue en el club, Daniel Arias, que me hizo los masajes cardíacos».
«En el momento que recibo el traumatismo, pierdo el conocimiento, se me para el corazón y la rapidez con la que entró el médico hizo que me pudieran salvar la vida y que no tenga secuelas para volver a jugar después, pasaron 30 días como para volver a jugar»
«A diferencia de Eriksen», explicó Graieb sobre el otro milagro, «él se cae solo, no por un traumatismo, sino que tiene una muerte súbita y lo resucitan por la tecnología que deberíamos tener en todos los estadios y todavía no es así».
Sin embargo, el aspecto que marca a fuego su milagro para volver a la vida es el marco religioso que adoptó incluso antes del choque que casi se cobra su vida: «tuve una experiencia muy linda que marcó mi vida. Dos días antes de golpearme, tuve un sueño con la virgen María, donde estoy parado mirando hacia afuera en la Iglesia de San Nicolás, se me aparece la virgen, abre su manto y despliega un pergamino en un idioma que no entendía, me despierto a la medianoche y lo tomamos con mi esposa como un sueño más, nunca pensé que iba a tener colación con lo que iba a suceder».
Esto pasaba un 30 de Octubre de 1999: El paro cardíaco de Graieb en pleno partido
«A las 48 horas juego el partido donde me golpeo, es como si continuara esa segunda parte del sueño porque estoy parado en la Iglesia de San Nicolás hacia afuera, en este caso estaba con Rodolfo, mi hermano, que estaba jugando conmigo en Huracán, y en la iglesia estaba parado al lado mío, y yo empiezo caminar hacia esa luz blanca, que no es un túnel específico, pero la sensación uno la sigue teniendo: el aroma a rosas, la pureza, el dejar una mochila atrás que cargás y te sentís totalmente libre», fue la continuidad de un milagro estremecedor por parte de Diego Graieb.
«Yo me iba caminando hacia la luz, de repente empiezo a sentir una voz que dice ‘Diego no te vayas, no me dejes solo’, me doy vuelta y era mi hermano que me hablaba desde la iglesia para que yo regresara, me agarró una angustia muy grande, no sabía si seguir caminando a la luz o regresar. Por Rodo decido volver, tomo conocimiento y veo las luces del techo de la clínica donde estuve internado»
Y a pesar de su experiencia extrasensorial, a Graieb le hicieron saber lo que ocurría fuera de su estado de inconciencia: «lo loco es que cuando los médicos me cuentan lo que había pasado, no hablé con nadie y Rodolfo me dice lo que pasó, le pregunté si hablé con él o dije alguna cosa, me dijo que me pedía que no me vaya, que no me muera, que tenía un miedo bárbaro. Cuando él me dice eso, se me viene a la cabeza que cuando me hacen el masaje cardíaco y estaba regresando, porque estuve dos minutos sin respirar, fue ese proceso en el que me estaba yendo y me terminaron salvando los médicos».
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La posibilidad de Graieb de volver a la vida, un milagro logrado por el doctor Locaso.
«Primero estuve asustado porque fue algo muy fuerte. Esto es algo real porque te sucede, sirve comunicarlo para que la gente sepa que no estamos solos y Dios nos está esperando. A mí la vida me cambió drásticamente desde ese momento», reflexionó sobre el cierre del relato de una historia impactante relacionada a un milagro.
Fuente: https://www.lv12.com.ar/milagro/morir-y-resucitar-la-cancha-el-milagro-argentino-n96082