La reciente resolución judicial que le concede a José Alperovich el beneficio de cumplir su condena bajo arresto domiciliario ha generado una ola de indignación y preocupación, tanto a nivel nacional como en el entorno inmediato donde ahora deberá residir: un exclusivo edificio en Puerto Madero. La controversia se centra en que el exgobernador de Tucumán, condenado por abusar sexualmente de su sobrina, cumplirá la medida en el mismo lugar donde ocurrieron parte de los delitos que motivaron su condena.
El abogado penalista Juan Pablo Gallego abordó el tema durante una entrevista televisiva en los estudios del canal LN+, donde ofreció un análisis crítico de la decisión judicial. En su evaluación, remarcó con firmeza que la nueva situación del dirigente peronista “equivale prácticamente a dejarlo en libertad dentro del mismo escenario en que se cometieron los abusos”.
Gallego recordó que el juez que intervino en la causa había, en una resolución anterior fechada en agosto, destacado el nivel de dominación que ejercía Alperovich. Según ese fallo, el exmandatario imponía un “poder salvaje”, tanto en el entorno social como sobre la propia víctima. Para el abogado, entonces, esta resolución resulta incongruente: “con esta medida, el magistrado está permitiendo que Alperovich regrese al mismo espacio físico donde ocurrieron tres de los episodios de abuso sexual”, expresó.
El letrado fue más allá en su interpretación, sugiriendo que Alperovich habría actuado de forma estratégica en función de su edad: “parece que todo esto estuvo calculado, como si hubiera estado esperando llegar a los 70 años para decir: ‘ahora puedo pedir la domiciliaria’”, manifestó, insinuando que el exgobernador se habría servido de los plazos legales para planificar su cambio de régimen.
En referencia a las condiciones de detención que tuvo hasta ahora, Gallego denunció que su breve paso por prisión estuvo marcado por privilegios. “Incluso, se lo ha visto en una aparente relación sentimental con una joven mujer”, comentó con tono crítico, sugiriendo un trato diferencial respecto a otros detenidos.
Ante la pregunta puntual del periodista sobre la calidad jurídica del fallo, Gallego reconoció que, desde lo formal, “la resolución está bien redactada”. Sin embargo, enfatizó que eso no la exime de un profundo error de criterio: “a pesar de su forma, la medida es profundamente contradictoria con los fundamentos previos. El juez cometió un error grave, y esta decisión debe ser revisada”, subrayó.
Al referirse a patrones de conducta que suelen observarse en agresores sexuales, el abogado explicó que existe una tendencia común en los perfiles de abusadores: el deseo o impulso de regresar al lugar donde consumaron sus crímenes. “En este contexto, uno se pregunta: teniendo tantos medios como tiene Alperovich, ¿por qué no se le asignó otro lugar para cumplir con la detención?”, cuestionó.
Finalmente, Gallego cerró su intervención con una observación tan simbólica como alarmante: “en ese edificio de Puerto Madero, no hay nadie con más poder que él”. Con esta afirmación, dejó en claro su preocupación respecto al mensaje que transmite el fallo judicial, tanto a la sociedad como a las víctimas de violencia sexual.