Milei dice que el Gobierno está en su mejor momento. Y entiende como una “ayuda inestimable” la indignación que nos produce a los argentinos los dos escándalos que acaban de hacerse públicos.
Uno, la confirmación de que los bolsos con dinero de los cuadernos de la corrupción terminaban en las manos de Cristina Kirchner.
Milei piensa que Cristina jamás le perdonará el hecho de que no haya usado su poder político para evitar que fuera presa.
Otro escándalo que ayuda, por contraste, al buen momento del Gobierno, es la velocidad con la que Claudio “Chiqui” Tapia está siendo visualizado como una suerte de capo mafia. El máximo representante de la casta en todo su esplendor.
En la intimidad, le escucharon decir al Presidente:
“Representa al populismo empobrecedor en su máxima expresión. Inventó una nueva inflación. La inflación de títulos. Por eso el fútbol argentino cada vez vale menos”.
De cualquier forma, Milei no lo va a atacar en forma pública. Piensa que tanto Tapia como su alter ego, Pablo Toviggino, van a caer por su propio peso: el peso de la ambición desmedida.
Al mismo tiempo, la mesa chica del Presidente mantiene la guardia alta. ¿Para qué? Para que a Milei no le exploten en la cara estos asuntos pendientes.
A saber:
Este fin se semana, Picardi comentó:
“Nunca trabajé con tanta libertad y con menos presión como en esta causa”.
Las esquirlas de los cambios de Gabinete:
Durante las últimas horas, desde la Quinta de Olivos, se siguieron con preocupación las declaraciones de Mauricio Macri, Guillermo Francos y Victoria Villarruel.
Las de Macri, defendiendo el vínculo de Argentina con China.
Las de Francos, diciendo que no guarda rencores, pero que no se olvida de nada.
Y las de Villarruel, cuestionando a Vialidad el cobro a la iglesia de $560.000 por usar un tramo de la ruta 12 de Misiones para una peregrinación a la localidad de Loreto.
A las declaraciones, una parte de la mesa política las interpretan como reacciones típicas de quiénes “sangran por la herida”. Otra parte las entiende como el “embrión” de una oposición de centro derecha.
¿Está buscando, en efecto, Macri, un candidato a Presidente para 2027?
El otro asunto que obliga a Milei a mantener la guardia alta es lo que considera un último intento de ataque del kirchnerismo y sus “ex colegas economistas”, para alimentar la volatilidad de los mercados.
Por eso el ministro de economía, Luis Caputo, tuvo que salir a desmentir un supuesto rescate de bancos privados por 20 mil millones de dólares.
Para quienes presionan para que el dólar flote libremente, Milei responde:
“¿Por qué están tan apurados en quitar las bandas si el tipo de cambio sigue flotando dentro de las bandas?”
Y para quienes insisten con que el Banco Central tiene que acumular la mayor cantidad de reservas cuánto antes, el Presidente razona:
“El mercado de cambios en Chile negocia aproximadamente 2.500 millones de dólares por día. En Brasil, 4.500 millones. En Argentina, apenas 200. ¿Qué creen que pasaría si el Central, como uno de los más grandes operadores del mercado, empieza a comprar dólares a lo loco?
-¿Qué pasaría?-, le preguntaron este fin de semana.
“El dólar subiría muy rápido, con un fuerte impacto negativo en la inflación, el empleo y los salarios”, respondió.
Por eso, tanto él como Caputo admiten que las reservas se pueden recuperar, pero “al ritmo lógico del tamaño del mercado en Argentina.”
No de la noche a la mañana.
Lo que sí estaría dispuesto a hacer Caputo es ceder ante algunos de los pedidos de los gobernadores.
Sería a cambio de conseguir la aprobación del presupuesto 2026, el proyecto denominado “sacar los dólares del colchón” y la media sanción de la ley de modernización laboral.
Para eso, estaría a punto de autorizar al ministro Diego Santilli, con la venia del jefe de gabinete, Manuel Adorni:
Adorni es muy optimista. Y supone que, entre el 10 de diciembre, cuando se de inicio a las sesiones extraordinarias, y el 15 de febrero, se podrán aprobar la mayoría de las iniciativas que propone el Gobierno.
Santilli, en cambio, es moderadamente optimista. Considera que el resultado, depende de la flexibilidad de Caputo para negociar con los mandatarios provinciales, y del contenido final de las leyes.
Por ejemplo:
Los cambios en los ATN, el impuesto a los combustibles y el acuerdo de coparticipación con la ciudad de Buenos Aires que la Corte aprobó, ¿deberían estar o no incluidos en el presupuesto 2026?
Y la ley de modernización laboral, ¿tendrá un sesgo anti sindical, tal y como la plantea el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger?
Mientras tanto, la sombra de la sospecha de los negocios irregulares alrededor de Chiqui Tapia crece y se amplifica a toda velocidad. Y atraviesa el caso Andis.
