Un refuerzo inesperado con acento caribeño. Wilfredo Rivera, delantero de 22 años e internacional con la selección de Puerto Rico, fue anunciado como la primera incorporación de Barracas Central para la temporada 2026. El club de Claudio Chiqui Tapia sorprende con un fichaje de origen geográfico poco habitual en el fútbol argentino, y con proyección internacional.
En las redes oficiales del club porteño, el anuncio llegó con entusiasmo y destacando su condición de internacional: “¡Bienvenido Wilfredo! Jugador de la selección de Puerto Rico, es el primer refuerzo de Barracas Central para 2026”. En ese posteo también se destaca el rendimiento de Rivera con la camiseta de su país: cinco goles y siete asistencias en 25 partidos, una estadística que cobra mayor valor considerando el contexto competitivo del fútbol puertorriqueño. Su posición natural es la de extremo por derecha, aunque también puede desempeñarse como mediapunta o por izquierda.
Rivera estuvo presente como titular en el histórico amistoso frente a la selección argentina en Miami. Aquel encuentro, jugado en octubre, saldado con un contundente 6-0 a favor del equipo de Lionel Scaloni, fue para él mucho más que una goleada: “Fue un orgullo muy grande, no solo para mí, sino para Puerto Rico. Nunca me voy a olvidar de esto”, señaló emocionado tras el partido.
Durante el amistoso disputado ante la selección argentina, Rivera fue uno de los pocos jugadores de Puerto Rico que se animó a encarar y pedir la pelota, siendo destacado por varios periodistas y espectadores del encuentro. Aunque el resultado no dejó lugar a dudas para la selección vigente campeona del mundo, su actuación no pasó desapercibida. En zona mixta, con palabras que denotaban asombro y respeto, se refirió a la experiencia de compartir cancha con Lionel Messi: “Cuando vi al tipo ese, no tengo que decir su nombre, se sintió como si estuviera en un videojuego. Pero cuando lo vi ahí, en persona, sin palabras”.
Además, detalló que en los primeros minutos del encuentro, el equipo entero se sintió “deslumbrado” ante la magnitud del rival. “Nuestro entrenador nos había advertido que podíamos quedarnos congelados. Nos dijo que miremos a nuestros compañeros y recordemos que estamos jugando. No es más que eso. Ellos son humanos como nosotros… el único que parece de otro planeta es Messi”, agregó entre risas postpartido.
Wilfredo Rivera encara ante la mirada de Rodrigo De Paul, durante el amistoso entre Argentina y Puerto Ricowilfredo_rivera10
El refuerzo de Barracas comenzó su carrera en las divisiones juveniles de Orlando City, franquicia de la Major League Soccer, y más tarde continuó su recorrido en Academia Quintana, una de las instituciones más activas en la liga puertorriqueña. Es delantero zurdo, y acumula 30 goles y 14 asistencias en 105 partidos jugados a nivel clubes.
La incorporación de Rivera representa un movimiento que excede lo deportivo. La Federación Puertorriqueña de Fútbol, que en los últimos años ha buscado profesionalizar su estructura y establecer puentes con el fútbol sudamericano, encontró en Barracas un destino funcional: ofrece rodaje en un campeonato competitivo, pero con menos presión mediática que los equipos más tradicionales.
A nivel individual, la llegada al fútbol argentino puede significar un punto de inflexión en la carrera del joven delantero. Su debut en la MLS con Orlando City, a los 17 años, fue considerado un hito en Puerto Rico, dado que apenas un puñado de jugadores nacidos en la isla logró llegar al profesionalismo en Estados Unidos. “Es un orgullo para mí. He trabajado toda mi vida para esto, desde que tengo cuatro años”, había declarado en 2021 al firmar su primer contrato.
Wilfredo Rivera, jugador de la selección de Puerto Rico, es nuevo refuerzo de Barracas Centralwilfredo_rivera10
Con la camiseta número aún por definir y sin antecedentes en clubes sudamericanos, Rivera se convierte en uno de los pocos jugadores nacidos en Puerto Rico en incorporarse a un equipo de la Liga Profesional. En Barracas, que buscará consolidarse tras una campaña irregular, la expectativa es doble: sumar variantes en ataque y proyectar una figura capaz de captar atención mediática fuera de las fronteras locales.
El desafío, ahora, es demostrar que su llegada no responde únicamente a una movida política o institucional, sino a méritos propios. En un fútbol argentino que en los últimos años ha sumado futbolistas de mercados menos tradicionales, el nombre de Wilfredo Rivera se suma como una incógnita con potencial. Y, quizá, como otra jugada de largo plazo de Chiqui Tapia.
